«Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.»
(Walt Whitman)
Conquistar viene del latín conquisitāre, de conquisītum que significa ‘ganado’. Cuando pensamos en conquistar seguramente nos viene en mente otros sinónimos como ganar, conseguir, lograr y es la definición que aparece en la RAE.
Mientras tratamos de conquistar algo nos focalizamos en el resultado y tendemos a perder de vista el camino.
No es lo mismo subir una montaña por querer llegar a la cima que subirla por el gozo que nos produce el camino hasta llegar a la cima. Mientras lo primero está enfocado en conseguir lo segundo en vivir.
Para mí quien conquista es un amante, como dice Walt Whitman «somos seres de pasión». Amante es aquél testarudo que tiene muy claro su propósito, el sentido que le da a su horizonte hacia el que va y, a pesar de las dificultades, persevera pero no para conseguir ni para llegar, sino por lo que vibra en el camino hacia su sueño. Quien consigue tiene y quien tiene puede perder; en cambio, quien ama, es y en el ser no hay ruptura, en todo caso transformación. Como un marinero que sale a navegar a pesar de las tempestades porque ama el mar y lo que vive y es mientras está en él.