Conquísta(te)

«Disfruta del pánico que te provoca

tener la vida por delante.

Vívela intensamente,

sin mediocridad.

Piensa que en ti está el futuro

y encara la tarea con orgullo y sin miedo.»

(Walt Whitman)

 

Conquistar viene del latín conquisitāre, de conquisītum que significa ‘ganado’. Cuando pensamos en conquistar seguramente nos viene en mente otros sinónimos como ganar, conseguir, lograr y es la definición que aparece en la RAE.

Mientras tratamos de conquistar algo nos focalizamos en el resultado y tendemos a perder de vista el camino.

No es lo mismo subir una montaña por querer llegar a la cima que subirla por el gozo que nos produce el camino hasta llegar a la cima. Mientras lo primero está enfocado en conseguir lo segundo en vivir.

Para mí quien conquista es un amante, como dice Walt Whitman «somos seres de pasión». Amante es aquél testarudo que tiene muy claro su propósito, el sentido que le da a su horizonte hacia el que va y, a pesar de las dificultades, persevera pero no para conseguir ni para llegar, sino por lo que vibra en el camino hacia su sueño. Quien consigue tiene y quien tiene puede perder; en cambio, quien ama, es y en el ser no hay ruptura, en todo caso transformación. Como un marinero que sale a navegar a pesar de las tempestades porque ama el mar y lo que vive y es mientras está en él.

APUESTO POR MÍ

despertar1

“El silencio es el espacio donde uno se despierta,

y la mente ruidosa es el espacio donde uno se mantiene dormido.” Osho

DORMIR SIN SOÑAR

Vivimos tremendamente dormidos y sí, se está muy bien en la cama pero a veces uno coge el hábito de ir posponiendo la alarma sin saber para qué exactamente; “costumbre”, “es que estoy tan agusto”… Ya, en el confort se está muy bien pero… estamos vivos, verdad? Es hora de espabilar y despertar, que aquí estamos de pasada.

El hecho de no ser conscientes del propio sentido nos hace mover y actuar por inercia debido a los hábitos arraigados que vamos perpetuando. En ellos es muy difícil advertir la realidad de nuestra vida, como si un velo nos tapara los ojos y nos dificultara ver quienes somos realmente. Cuando el velo se cae, al menos por un instante, resulta doloroso asumir nuestra realidad hecho que nos lleva en muchas ocasiones a eludir la propia responsabilidad de lo que somos, pensamos, sentimos y hacemos, y preferimos pensar que no estamos eligiendo nada de nuestra vida, quedando determinados por las circunstancias y alimentando la imagen de «pobrecit@ de mí». Mientras la realidad es que, a pesar de no ser conscientes, elegimos constantemente, incluso pensando que no elegimos estamos eligiendo.

 

Para un momento. Para dentro del caos en el que estás absorto. Si sigues en movimiento quizás pienses que avanzas pero puedes estar desperdiciando mucho de tu talento. Lo de afuera va a seguir allí con el mismo dinamismo; ahora no te preocupes en “ya pero si no hago lo perderé todo”, “si no hago… qué pasará?” “tengo muchas obligaciones”…

 

¿Y tú? ¿Qué papel tienes dentro de tu vida? ¿Vives siendo el protagonista de tu vida o te colocas en un rol más bien secundario?